Osteopatía y Método Kyma
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Sistema inmunitario
El sistema inmunitario se caracteriza por un mecanismo de defensa que hace la distinción entre el « yo » y el « no yo ». Busca destruir el no yo (virus, bacterias, parásitos, células cancerosas, moléculas extrañas, rechazo de trasplante, venenos…).
Existen varios sistemas inmunitarios, por ejemplo, el cerebro posee su propio sistema inmunitario. Las células especializadas del sistema inmunitario se llaman leucocitos o glóbulos blancos, producidos por las células madre en la médula ósea.
Existen dos tipos de mecanismos de defensa: los mecanismos de defensa innata o natural (protección de la piel, las mucosas, la acidez gástrica, las células fagocíticas o las lágrimas) y los mecanismos de defensa específica (acción dirigida de los linfocitos y producción de anticuerpos específicos).
Respuesta inmunitaria.
La respuesta inmunitaria es el desencadenamiento del sistema inmunitario ante una agresión o una disfunción del organismo. Estas agresiones son de diferentes tipos: agresiones físicas y químicas (fricciones, choques, caídas…), factores climáticos (altitud, cambio rápido de temperatura, radiación, sequedad, polvo…), agresiones por agentes químicos (ácidos, bases…) y agresiones por organismos vivos (virus, bacterias, hongos, levaduras…).
Las células que capturan y luego fagocitan a los microbios son alrededor del 70% granulocitos neutrófilos, alrededor del 5% macrófagos y alrededor del 1,5% granulocitos eosinófilos.
Los glóbulos blancos pasan la mayor parte de su tiempo fuera del sistema circulatorio. Patrullan en el líquido intersticial de las células donde se llevan a cabo la mayoría de las luchas contra los agentes patógenos. Algunos macrófagos están permanentemente en los órganos como los pulmones, el hígado o en el sistema linfático. El sistema linfático está compuesto por diversos órganos (médula ósea, bazo, amígdalas, timo, apéndice y ganglios linfáticos) que desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario.
Los capilares linfáticos drenan en parte el líquido intersticial que baña los tejidos (linfa), el cual finalmente regresa a la circulación sanguínea a través del canal torácico. La linfa atraviesa numerosos ganglios linfáticos en los cuales cualquier agente patógeno encuentra glóbulos blancos.
La inmunidad de una persona incluye diferentes componentes trabajando en sinergia, ya que la vida perpetúa intercambios incesantes con su entorno. Al rechazar sus desechos al mundo que lo rodea y apropiándose de sus informaciones, su energía y su materia, se esfuerza por sobrevivir, incluso crecer y reproducirse. El no yo entonces se convierte en yo y el yo en no yo. Los límites a veces son difíciles de identificar, como por ejemplo los alimentos que pertenecen al no yo y que gracias a la masticación y otros procesos de la digestión se transforman parcialmente en yo, a excepción de los desechos que se eliminan con las heces.
El 70% de los anticuerpos son sintetizados por el sistema inmunitario digestivo. Cuando hay una conjuntivitis o una rinofaringitis, los jugos digestivos del estómago cortan los virus y otros microbios en pequeños pedazos que son presentados a los glóbulos blancos del sistema digestivo para que sinteticen los anticuerpos adecuados.
El páncreas y el intestino delgado son los órganos de la homeostasis del zinc y este oligoelemento es primordial en la digestión de alimentos, microbios, virus… Lo mismo para la vitamina D que en caso de deficiencia disminuye la inmunidad. O bien aún el equilibrio entre la inflamación y la cicatrización que se basa en la ingesta de ácidos grasos saturados / ácidos grasos insaturados, etc.
El sistema inmunitario puede desequilibrarse por varias razones y plantear problemas al atacar a las células del organismo que no son patológicas. Hay una mala reconocimiento por parte del sistema inmunitario, esta es la enfermedad autoinmune que se caracteriza por una inflamación perpetua o la necrosis de ciertos tejidos.
En caso de defecto del sistema inmunitario, los patógenos o los cánceres pueden desarrollarse con mayor facilidad. Por lo tanto, es importante cuidar de su organismo, alimentarlo correctamente, estimularlo, respetarlo y protegerlo.