Sébastien Tisné (mi camino)

Osteopatía y Método Kyma

Avenida Iparralde, 44 – Plta 2° – 20302 Irún

Tel : +34 624 440 482

(Con cita previa)

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Ante todo, una historia familiar, para después hacer mi propio camino

Una herencia paterna :

Antes de hablar de mí mismo, y para que esta biografía tenga sentido, me parece imprescindible mencionar el nombre de mi padre, Bernard Tisné, un osteópata francés que ejerce a día de hoy en el departamento de Hautes-Pyrénées.

Es una de las primeras generaciones de osteópatas europeos en haber ido a formarse a Estados Unidos y después regresar para difundir la osteopatía en nuestro continente, hasta llegar a ser conocida tal como hoy la conocemos.

Observación desde la infancia :

Independientemente de mi formación como osteópata, mi padre ha sido mi referente en el descubrimiento y en la manera de practicar la terapia manual. Todavía recuerdo, de niño, acompañarlo los fines de semana a sus clases, donde a veces era un simple observador y otras hasta su conejillo de indias…

Recuerdo también esos innumerables curanderos manuales (petrekillo en euskera), que encontrábamos en el campo francés, español e italiano. Esas personas no tenían nada que ver con los practicantes de terapias académicas como son la fisioterapia, la osteopatía o la quiropráctica. Tenían otra forma de acercarse al cuerpo. Sus conocimientos eran experimentales y se transmitían de generación en generación. Además de curar a los humanos, muchos de ellos también curaban a los animales. Era una época en la que el veterinario tal y como lo conocemos hoy no existía o tenía muy poca presencia en algunos de estos lugares tan apartados de las ciudades.

Todos estos valientes inspiraron el trabajo puramente osteopático de mi padre. Le mostraban los gestos a realizar, los puntos donde era importante presionar, le contaban anécdotas de los casos que habían tratado, etc.

Y yo, durante todo ese tiempo, observaba. Me empapé de todo lo que veía y escuchaba. Cuando no estaba en Europa, estaba en el extranjero. Hicimos lo mismo en Magreb con los curanderos bereberes, después en Asia.

Mis aprendizajes, mis experiencias y mis descubrimientos ya de adulto :

Después de hacer bachillerato, decidí continuar mi formación académica para convertirme en osteópata. Cuando terminé, cogí de nuevo mi mochila para ir esta vez solo, a descubrir otras visiones terapéuticas y otras formas de abordar la terapia manual. Regresé a Magreb porque los curanderos bereberes me habían dejado el recuerdo de una extrema eficacia relativas a las técnicas de reposición de las articulaciones, especialmente del tobillo. No había visto nada parecido en formaciones y me pareció que podía importar estas técnicas a mi práctica como osteópata.

Luego fui a Asia donde pude aprender muchas técnicas de masaje de los nativos. Continué mi investigación yendo a Oriente Medio, una vez más en busca de otras inspiraciones y técnicas regionales.

Posteriormente pude comprender a través de un recorrido personal que la terapia manual de cualquier tipo (osteopatía, quiropráctica, fisioterapia, masajes, etc.) no era suficiente para lograr un tratamiento 100% efectivo. Me parecía que todos estos enfoques terapéuticos habían olvidado una condición muy importante para la salud: la Respiración.

Fue entonces cuando volví a coger mi maleta para ir esta vez a la India y Nepal: tierras de yoga y relajación de la mente… Atravesé los dos países para encontrarme con « maestros » y practicantes muy experimentados en yoga (precisamente pranayama) en la India y tibetanos en Nepal. Algunos de los encuentros fueron más allá del simple enriquecimiento terapéutico, fueron verdaderos encuentros humanos.

La maduración de estas experiencias transmitidas en la práctica :

Una vez de vuelta a Europa, naturalmente deseaba poner en práctica lo que pude ver, experimentar y aprender. Fue en París donde me instalé por primera vez como terapeuta.

Al trabajar con mis pacientes, pude constatar que para el 30% de ellos, sus contracciones musculares en realidad provenían de las limitaciones físicas que ejercían sobre sus cuerpos (trabajo físico duro, deporte, etc.).

Para el 70% restante, pude darme cuenta de que sufrían problemas físicos derivados del « trastorno emocional » (ansiedad, miedo, cólera, etc.). Sus tensiones emocionales se reflejaban en sus músculos y, por lo tanto, creaban problemas de espalda.

Entonces comprendí que era necesario pasar a una terapia más completa, más profunda. Ese momento fue perfecto, mi padre acababa de encontrar una solución a este problema.

El regreso del dúo padre/hijo :

Debido a su trabajo de investigación personal, mi padre Bernard Tisné, creó su propio método de trabajo, que es el fruto de sus 40 años de experiencia como terapeuta: El Método Kyma (página web).

El método que creó ya no tenía nada que ver con la osteopatía que practicaba. Este método es completamente personal, único y nuevo. Se basa en la liberación de emociones a través de la relajación de la respiración. Concretamente, es un trabajo de compresiones y descompresiones de la caja torácica y del vientre que se realiza con el fin de devolver la fluidez en la respiración.

Se podría decir que es « una evacuación » de las emociones. El objetivo es llegar al sistema nervioso a través de la respiración. Este sistema nervioso se relaja y en consecuencia todos los músculos contraídos del cuerpo también se relajan.

En 2016, mi padre y yo (como asistente) iniciamos una serie de formaciones. Impartimos el Método Kyma hasta 2021 en varias ciudades de Francia y Suiza. Los alumnos que participaron en nuestra formación fueron principalmente osteópatas, fisioterapeutas y quiroprácticos.

La consulta está ubicada en el centro de la ciudad, en Avenida Iparralde, 44 – Plta 2° – 20302 Irún. Practico osteopatía, terapias manuales (europeas y asiáticas) y el Método Kyma (liberación emocional a través de la respiración).